Me siento tan corta en la vida. Hay tantas cosas que quiero hacer y que no estoy lista para hacer.
Quiero comprar una van y llegar manejando hasta Alaska. Quiero adoptar un pastor australiano ganadero. Quiero casarme. Quiero vivir sola y luego vivir con mi esposo. Quiero amueblar un depa. Quiero escribir un libro, hacer periodismo, escribir artículos, tener una columna en una revista. Quiero estudiar y estar becada. Quiero viajar a Asia, visitar un santuario de elefantes. Quiero conocer Hong Kong, montar camellos en arabia, conocer otras culturas y otras religiones. Quiero vivir en una casa a la orilla del mar. Quiero viajar en un crucero, bucear entre peces. Quiero visitar lugares inhóspitos, convivir con especies animales, ver las auroras boreales. Quiero retratar el mundo en fotografías. Conocer las maravillas del mundo. Quiero vivir en Canadá. Quiero cuidar a mis papás cuando sean viejitos. Quiero considerar tener hijos y conocer a los hijos de mis hermanos. Quiero ver a mis hermanos ser exitosos. Que Nat me invite a su rancho y Jaime a su mansión. Quiero ser millonaria y crear una fundación para el bien social. Quiero ayudar a combatir el cambio climático. Quiero levantar la voz por las especies de animales que no tienen voz. Quiero cambiar la educación en México, resaltar la importancia de la inteligencia emocional, de la educación cívica, la educación vial y la educación sexual.
Quiero, quiero y vuelvo a querer. Pero… por ahora tengo que terminar la carrera, conseguir más de un trabajo, ahorrar y encontrar la forma de alcanzar mis sueños y todo lo que quiero. Por eso me siento tan limitada, como que me quedo corta en la vida con todo lo que quiero frente a todo lo que por ahora realmente puedo.