Somos los que se aman en silencio. Los que se dicen libres, pero están más amarrados que un perro a un poste. Somos los que se comparten por inercia. Los que intentan explicar su amor por telepatía. Somos los raros que nadie entiende porque para empezar no se entienden a sí mismos. Somos un misterio. Somos lo que siempre hemos querido.
Somos los que se sueñan despiertos y dormidos. Los que imaginan un futuro juntos aún en el presente más inestable. Los que le temen al engaño en una relación abierta.
Somos los del imperio. Los que sueñan con construir una casa juntos. Los que quieren poner focos vintage en el cuarto y un instrumento antiguo que no sepamos usar.
Somos los que se aman tanto como se odian. Los que se aman en silencio. Somos inseparables. Los que se despiden las mismas veces que inician una nueva relación. Los ex que siempre regresan. Somos los del cambio y la evolución. Los que crecen juntos y por aparte. Los que se entienden con expresiones fáciles. Los que se copian las expresiones. Los que quieren ir juntos a todos lados y estar juntos todo el tiempo. Los que necesitan del contacto físico.
Somos los que se celan en silencio o a gritos. Los que discuten antes del sexo. Los que arreglan los problemas con sexo o no los arreglan.
Los que sienten todo lo que el otro siente. Los que se abrazan cuando uno tiene un problema. Los que lloran juntos o lloran por el otro. Los de la opinión opuesta. Los que disfrutan las discusiones. Los que viven en el límite de la destrucción. Los sensibles que no aguantan una ofensa en una discusión. Los que pelean desnudos riendo y terminan llorando. Los que se aprovechan del otro.
Somos los que entrelazan sus piernas al dormir y se arrullan con la respiración del otro. Somos los que se miran cuando el otro no está mirando. Somos los del amor libre y el poliamor. Los que siempre están pensando en hacer un trio y fallan todas las veces. Los que buscan otras relaciones si el otro también lo hace. Los que se esconden del otro. Los que se manipulan y se autoengañan a sí mismos de que no es manipulación. Los que creen en el amor prefecto sabiendo que no existe. Los que temen perderse y sufren ansiedad por eso. Los que no confían. Los que se quieren compartir, pero temen abrirse.
Somos inusuales, inexplicables, inefables e interminables. Somos fuego que quema y agua que fluye. Somos tierra que nutre y viento que derrumba. Somos elementos que forman un compuesto. Somos las raíces bien plantadas de un árbol que crece para adentro. Somos los que venimos del pasado, estamos en el presente y caminamos hacia el futuro.
Pero separados.