No se cuantas veces te voy a decir adiós. No se cuantas veces tendré que convencer a mi mente mi corazón y a mi vida de que ya no estas y no vas a estar más. Cuantas veces tendrá que ser el primer día de una separación entre los dos.
Dicen que el que mucho se despide pocas ganas tiene de irse y jamás había sentido ese dicho tan real como en este momento teniendo en mi mente tan vivas todas las veces que nos hemos dicho adiós para siempre. Y nunca creí decir que lo que más me duele ahora no es tener que decirte adiós sino hacerlo de nuevo, después de tantas veces.
Nos despedimos cuando me fui a Canadá. Rompimos el trato de terminar cuando me fue y tuvimos que despedirnos por teléfono cuando estabas en España.
Nos despedimos en el corona capital. Nos despedimos un día en el jardín del depa y otro día en tu coche recorriendo todo el segundo piso. Nos hemos despedido por teléfono y por mensaje.
La verdad es que recuerdo mejor las veces que nos hemos despedido que las veces que hemos decidido regresar porque pocas veces hemos regresado formalmente. Porque mirando hacia atrás me siento como en un circulo vicioso en el que dos personas se aman pero nunca es suficiente como para mantenerse estables.
Te llevas muchos records importantes en mi vida. Eres el hombre con quien más he crecido. Nos recuerdo jugando como niños adolecentes en el patio de la prepa. Nos recuerdo tirados en el piso y al sol o platicando en los pasillos. Te recuerdo ofreciéndome unos tacos de la cafe y comiendo tus pastas y todo lo que comías. Te recuerdo oliendo a hormonas y con las axilas sudadas a veces. Te recuerdo con tus primer septum chueco pero siempre con una sonrisa como si la vida todavía no te hubiera enseñado su lado malo. Siento que he crecido contigo porque ahora te veo más como hombre que como adolecente. Porque ya no tienes ese mismo olor a hormonas. Tu cuerpo ha cambiando mucho y tu forma de comer, alimentarte e incluso de cocinar. Ahora te escucho diciendo que limpiaste la casa y se que no eres ese adolecente que conocí en prepa.
Tu lograste convertirte no solamente en mi amigo y mi novio. Sino en mi futuro esposo y papá de mis hijos. En mi compañero de travesuras y aventuras. En mi maestro, en mi amante y mi familia. En mi hermano y mi papá. Lograste ser mi confidente y la persona MÁS cercana e intima que he conocido en mi vida. Incluso has llegado a ser como una droga de la cual sufro de síndrome de abstinencia cuando no estas y recaigo sin tener que verte frente a mi. Y creo que de lo único que podría arrepentirme (no me arrepiento pero si lo haré diferente en el futuro) es de haber puesto tanto peso emocional en ti. Lo digo porque ahora que no estas me ha costado más trabajo atravesar mis emociones sin ti.
Has sido el centro de mi vida por mucho tiempo. Porque desde que mis ojos se cruzaron con los tuyos platicando debajo del asta bandera no ha habido nada ni nadie que llene cada uno de los aspectos de mi vida como tu lo has hecho. Se siente como un lazo inquebrantable. El tiempo que hemos estado juntos se siente como una vida entera. Contigo siento que puedo hacer lo que sea como si el mundo se hiciera chiquito.
Quiero ser honesta y decirte que te elijo a ti y que difícilmente dejaré de soñar que en unos años la vida se nos acomoda para poder estar juntos. Porque si no es de esa forma temo que podrías ser un amor frustrado y sinceramente no es lo que quiero.
Quiero decirte que estoy cansada de decir adiós. Esta vez siento que mi mente, mi corazón, mi alma y mi cuerpo dijeron basta. Decirle adiós a un amor tan grande como tu es difícil una sola vez y más de una es peor.
No se como te sientas tu pero al menos yo creo que hemos luchando tanto el uno por el otro en contra de todo e incluso de nosotros mismos que no me queda duda que hice todo lo que pude y en tus ojos te he visto luchar por lo nuestro. Por eso creo que lo que me toca vivir en este momento no es más contigo sino sin ti.
Esta vez tengo sed de cambio porque con todo y el amor que nos tenemos creo que nos hemos hecho daño y si no paramos podemos hacernos más daño. Somos muy distintos pero si algo tenemos en común y si hay algo que en especial nos molesta es no poder hacer lo que queremos. Somos esa persona que hace lo que quiere. Cuando sabemos lo que queremos ponemos nuestro esfuerzo en ello y si o si lo conseguimos. Por eso cuando algo nos lo impide nos molesta tanto. Pero esta vez siento que nos estamos quemando sin conseguir lo que queremos. Lamento con mi alma no poder estar a tu lado pero si quiero un cambio debo aceptarlo y confiar en que la vida nos separa ahora para poder volver a vernos después.