Tengo en recuerdo vivo en mi mente que se repite constantemente como si fuera un video trabado dentro del DVD. Estaba de pie frente a él mirándolo aventar cosas, golpear todo lo que podía. Tenía miedo, no de salir lastimada, pero de que la gente nos descubriera. Quería alejarme y dejarlo solo, desde antes de eso, yo no quería estar con él, me daba asco.
Pero aun así, ahí estaba, por mi propia voluntad, mirándolo enloquecer.
Intente salir de mi mente y entrar en mi cuerpo para hacer algo. Quería escapar de ese lugar.
De pronto, ahí, hay un vacío en mi memoria, como si el video se cortara y de repente regresara.
Entonces veo como el me jala de frente. Siento sus manos sucias apretando mis brazos. El me voltea y me avienta con mucha fuerza hacia la pared. No puedo esquivar sus movimientos pero logro girar durante la caída para aterrizar mirando hacia arriba. Sentía el piso frío y sucio tocando mi piel desnuda. Lo que me hizo sentir tan vulnerable e indefensa, tan desprotegida. Escuchaba su voz y sus expresiones diciéndome que quería dominarme para gozarme. Lo busque en sus ojos y no pude encontrarlo. Solo logre encontrar un par de ojos negros y podridos.
Recuerdo luchar para quitármelo de encima, lo empujaba con mis manos y lo pellizcaba como podía. El tomo mi cabeza y la azoto contra su frente, luego otra vez y después otra.
De repente deje de luchar. El golpe en la cabeza me había hecho perder la razón durante solo unos segundos, pero rápidamente me incorporé. Él era más fuerte que yo, usando mi poca fuerza no iba a poder dominarlo. Tuve que pensar más allá, y así, de mi boca salieron las palabras —Por favor no me violes. —Cuando él escucho esas palabras, me abrazo de la cintura. Parecía que había recapacitado, como si hubiera regresado a su cuerpo. Pero eso ya no me importaba.
Aun sentada en el piso y el arriba de mí, en unos segundos, logre zafarme, y escuche voces cerca de la puerta. Grita exclamando ayuda. Por fuera golpearon la puerta hasta que lograron abrirla. Salí de ahí en cuanto pude sin mirar atrás.